La industria de animación japonesa está perdiendo terreno en frente de la China

Todos sabemos que la industria del anime japonesa por los momentos no se encuentra bien. Ya que en algunos estudios de animación la situación es tensa porque los empleados tanto directores, seiyuu y animadores no son bien pagados. Y como consecuencias de esto recibimos animes de poca calidad. Pero cabe destacar que no en todos los casos es así.

Lo declarado por la productora Yoshitada Fukuhara fue lo siguiente: “Lo único que podría salvar la economía japonesa es el anime, ya que es lo único que nos queda.”

 

En el 2017 esta productora ganó bastante fama gracias a Kemono Friends, pero en diciembre de ese mismo año la empresa avisa que la competencia de la industria del anime en China está ganando fuerzas de manera muy vertiginosa. Declarando lo siguiente a través de su cuenta oficial en Twitter:

“Estamos convencidos que la industria de animación en china nos superará en producción en los próximos 3 años y en lo que respecta a sus habilidades nos superarán en 5 o en 10 años. Y eso que acaba de comenzar.”

De entre los tantos seguidores de la productora Fukuhara uno respondió a este Tweet afirmando que ya China ha superado a Japón si de producción estamos hablando, además también agregó que ya sus animaciones bidimensionales y tridimensionales se encontraban a un nivel respetable. A lo que la productora respondió: “Estamos conscientes de todo ello, pero que aun así el contenido que estos producen está dirigido a un público infantil, mientras que la animación japonesa está orientado a un público mayor y es aquí donde está su atractivo.”

Por los momentos Japón y China se encuentran trabajando juntos en ciertos proyectos. Aunque Fukuhara tiene la certeza de que estos acuerdos no durarán mucho y Japón será el que terminará perdiendo. Ya que después que los animadores chinos aprendan las técnicas de animación de los japoneses estos ya no harán falta, lo que haría que Japón pierda valor comercial para ellos.

El problema está en que Japón no ha sido celoso con sus técnicas y sabiduría ya que este es como un libro abierto dispuesto a enseñarle todo lo que sabe a China, la cual no perderá la oportunidad de aprender todo lo posible de Japón.

Otra cosa es que las regulaciones en chinas son muy estrictas ya que en ese país la programación debe ser algo así como family friendly. Mientras por otro lado la animación japonesa incluye muchas veces escenas de violencia y sexualidad. Algo que con lo que China no puede competir por las regulaciones impuestas en este país.

Pero regresemos a Japón y miremos sus estadísticas, éstas muestran que en el país del sol naciente las industrias tradicionales como la son la automovilística y la electrónica han comenzado a bajar, y en otros casos como lo son los videojuegos se ha notado que el mercado ha disminuido considerablemente en los últimos años.

Fukuhara llegó a la conclusión de que en este mercado internacional que fluctúa y cambia muy rápidamente y Japón seria competitivo en el anime y la comida japonesa.

Por ello Japón debe reestructurar su sistema y su posición ante los ojos del mundo, aunque sea en términos de animación para luego empezar a impulsar a sus propios creadores y entregar un digno trabajo japonés ya que para nadie es un misterio de que si perfección estamos hablando los japoneses son especialistas. Haciendo esto ellos entregarán trabajos tan bien hechos que será muy difícil imitarlos.